Pandora Halfdanarson lleva lo que aparentemente es una prototípica vida de familia feliz americana. Vive en Iowa, en una casa unifamiliar, con su marido y dos hijastros adolescentes. El marido, que construye y vende muebles de alta gama, se ha obsesionado con la vida sana, quema calorías con la bicicleta y se ha convertido en un «nazi de la nutrición». Ella tiene su propio negocio de peculiares muñecos parlantes para adultos que causan furor y un pasado singular como hija de una vieja gloria de la televisión de nombre imposible: Travis Appaloosa.
Y es que la familia de Pandora no es precisamente prototípica, como demostrará la reaparición de su hermano Edison, pianista de jazz bohemio afincado en Nueva York, que viene a visitarla porque ya no tiene dónde vivir. Cuando lo reencuentra apenas lo reconoce, porque Edison ha engordado de un modo inaudito y se ha convertido en una mole obesa que come compulsivamente.